El mes pasado perdí casi un 40%.
No es que no viera las señales, es que no quise aceptarlas. Vi claramente cómo las velas rojas caían una tras otra, y en mi cabeza repetía “va a rebotar, va a rebotar”, pero el rebote nunca llegó, y lo que llegó fue el valor cero. Después entendí algo: reconocer un error, cuanto antes lo hagas, más barato te sale. Si hoy no te atreves a pulsar el botón de stop loss, mañana el mercado te liquida la posición y encima te cobra una “tasa de humillación”.
Ahora opero con más cautela, pero sobrevivo más tiempo.
Antes siempre quería atrapar cada movimiento, tenía un f
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