¿Te has planteado alguna vez que, al comprar acciones estadounidenses hoy en día, en realidad no estás comprando “empresas”, sino “moneda dura”?

Mucha gente se pregunta: si los tipos de interés reales (rendimiento de los TIPS) están tan altos, en teoría las valoraciones bursátiles deberían estar bajo presión, ¿por qué el S&P sigue disparado? La respuesta puede sorprenderte: el mercado está acaparando los gigantes tecnológicos como si fueran “oro digital”.

Piénsalo, ¿de verdad todos los minoristas que se lanzan a por Nvidia, Apple y similares lo hacen solo por su confianza en el futuro de la IA? No necesariamente. La lógica más profunda es que la gente ya no se atreve a mantener efectivo. Unos analistas hicieron un experimento: revalorizaron las acciones estadounidenses en oro (en vez de en dólares), ¿y sabes qué pasó? La evolución se alineó de inmediato con los datos de empleo; subidas y bajadas fieles a los fundamentales.

¿Qué significa esto? Que gran parte de esas subidas aparentemente espectaculares se deben, en realidad, a una depreciación silenciosa de la moneda fiduciaria. El llamado “mercado alcista” podría ser simplemente una hemorragia continua del dólar. Para los inversores en criptomonedas, esta lógica resulta familiar: cuando la gente deja de confiar en el papel moneda, cualquier activo escaso se convierte en refugio.