Anoche, la Reserva Federal de EE. UU. pulsó de repente el botón de pausa: ¡la restricción cuantitativa se detuvo!

Esto es algo muy serio. Es como si el grifo de tu casa estuviera drenando agua constantemente y, de repente, dejara de hacerlo; el nivel del agua en la piscina empieza a subir. Las palabras de Powell fueron bastante ambiguas, pero el mensaje está claro: el dinero que hay en el mercado, ya no lo voy a retirar, queda disponible para gastar.

El Bitcoin explotó al instante. Un 7% de subida, el precio se disparó hasta los 92.000 dólares. Como un globo que llevaba tiempo reteniendo aire y de repente le sueltan la cuerda, sale disparado. El sentimiento del mercado pasó de la cautela al frenesí en un segundo.

Los que peor lo pasaron fueron los bajistas.

Un momento antes estaban calculando cuánto ganarían si Bitcoin caía, y al siguiente la realidad les dio una bofetada. Mil millones de dólares en posiciones cortas evaporados, los datos de liquidaciones inundaron las redes, y seguro que los posts pesimistas de muchos en sus grupos de amigos desaparecieron en silencio.

El analista Tom Lee ahora sonríe de oreja a oreja, y aparece en cámara diciendo: “¿Lo veis? Ya lo dije, en cuanto termine la QT, Bitcoin se va directo a los 200.000 dólares. ¡Y esto es solo el principio!”

Resumiendo: la Reserva Federal ha dejado de drenar liquidez, y Bitcoin, como un caballo desbocado, se lanza hacia adelante. Los que aún dudaban en el mercado, seguro que ahora se están tirando de los pelos.

En cuanto se afloja la liquidez, el espacio para la imaginación en el mercado cripto se abre de inmediato. ¿Qué pasará a continuación? Desde luego, los bajistas ya no se atreven a abrir posiciones tan fácilmente.