Tuve esta revelación durante una charla nocturna: la cultura de los degenerados cripto tiene una extraña adicción. Todo el mundo persigue lanzamientos nuevos: esos tokens relucientes que se sienten como rascar un boleto de lotería. Mientras tanto, ¿los proyectos que llevan 2-4 años esforzándose? Construyendo productos reales, sobreviviendo a mercados bajistas, demostrando que tienen capacidad de aguante. Silencio absoluto.

He perdido dinero en estafas. Bastantes veces.
Pero también me he quedado con equipos que realmente entregan resultados. Los que siguen aquí después de varios ciclos, entregando en vez de desaparecer.

¿La ironía? Decimos que queremos 'constructores', pero nuestras carteras votan por las máquinas tragaperras cada vez.