Las empresas están corriendo en estos momentos, haciendo todo lo posible para prepararse ante posibles devoluciones de aranceles que podrían llegar en cualquier momento. No es precisamente una ciencia exacta, más bien se trata de conjeturas fundamentadas mezcladas con planes de contingencia. Algunas están acumulando inventario, otras renegociando contratos con proveedores, y algunas incluso reubicando líneas de producción por si acaso. La incertidumbre es real y nadie quiere quedarse desprevenido cuando los cambios en las políticas afectan los resultados. Los equipos de finanzas están ejecutando distintos escenarios, los departamentos legales revisan la exposición, y los directivos contienen la respiración. Modo clásico de supervivencia empresarial cuando el panorama regulatorio se vuelve impredecible.