A veces de verdad pienso que, en el trading, la mayor parte de las ganancias dependen de la suerte.

Por ejemplo, el $franklin en Pump. Entré cuando tenía una capitalización de mercado de 90.000 dólares. En ese momento, había mucho revuelo, el gráfico era interesante y pensé que podría despegar. Al final, después de tenerlo unas horas, no solo no subió, sino que me quedé atrapado.

En ese momento me pregunté: ¿habré juzgado mal? Si claramente tenía mucha atención, ¿por qué no subía? Quizá la mayoría no pensaba como yo, o simplemente era cosa mía ver potencial en eso.

Más adelante llegó a alcanzar una capitalización de 18 millones de dólares. Eso supone multiplicar por 200. Pero para entonces yo ya había vendido con pérdidas.

Esa es la realidad: hay oportunidades que puedes ver, pero si las puedes aprovechar o no depende de si eres capaz de mantenerte y si el mercado está dispuesto a acompañarte.