La guerra de los chips se está intensificando de formas que nadie esperaba. Nvidia ha sido el rey indiscutible de los aceleradores de IA, pero ahora, ¿qué pasa? Sus propios clientes están trazando rutas de escape.

Google lleva años desarrollando discretamente sus TPUs. Amazon cuenta con los chips Trainium e Inferentia, que están ganando mucha tracción en AWS. Incluso AMD por fin está poniéndose las pilas con la serie MI300. Pero aquí está el giro: algunos de los mayores clientes de Nvidia están financiando y desarrollando su propio silicio.

¿Por qué la rebelión? Matemáticas simples. Cuando gastas miles de millones en GPUs, fabricar tus propios chips empieza a parecer una ganga. Además, el silicio personalizado permite optimizar para tus cargas de trabajo específicas, en lugar de pagar el “impuesto Nvidia” por funciones que nunca vas a usar.

El gorila de 400 kilos no va a desaparecer pronto: la barrera de CUDA de Nvidia sigue siendo enorme. Pero el panorama está cambiando. La diversificación es la nueva estrategia. Nadie quiere depender completamente de un solo proveedor, especialmente cuando ese proveedor puede poner el precio que quiera.

Este cambio importa más allá del entrenamiento de IA. La minería de criptomonedas, las granjas de renderizado y prácticamente cualquier tarea intensiva en computación podrían beneficiarse de esta competencia. Más actores significan mejores precios e innovación. La era del monopolio de los chips podría estar llegando a su fin, y eso probablemente sea bueno para todos menos para Jensen Huang.