Lo que ocurrió con TUSD no fue un simple fallo operativo ni un caso de zona gris regulatoria. Fue un robo a gran escala y transfronterizo, orquestado por personas y entidades que sabían exactamente lo que estaban haciendo. Se aprovecharon de la confianza. Violaron todas las reglas fiduciarias existentes. Y se marcharon con $456 millones que pertenecían a los usuarios.
No hubo confusión. No fue un accidente. Solo fue un robo calculado disfrazado de lenguaje corporativo. El tipo de esquema que requiere planificación, coordinación y un asombroso desprecio por las personas cuyo dinero estaba en juego. Cuando las instituciones destinadas a salvaguardar los activos se convierten en quienes los vacían, eso no es solo fraude: es el colapso de toda la infraestructura de confianza sobre la que este sector dice basarse.
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AirdropHermit
· hace5h
Ngl, esto es absurdo, ¿se creen que el dinero ganado con el sudor de la frente de la gente es para jugar con él? Estas instituciones realmente deberían acabar en la cárcel.
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GasGoblin
· 12-07 01:52
Esta es la situación actual de Web3: las propias instituciones no confían en sí mismas.
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probably_nothing_anon
· 12-07 01:51
Ngl, esto es un robo descarado, no hay nada que discutir, 456 millones se han esfumado así.
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AirdropCollector
· 12-07 01:46
Otra vez la misma jugada de siempre, las instituciones se aprovechan de la confianza para estafar, $456M desaparecidos así sin más... Es realmente una locura.
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StillBuyingTheDip
· 12-07 01:30
La verdad, esto es absurdo. Las instituciones, que se supone que deberían protegernos, al final nos están aprovechando. La confianza realmente se ha perdido.
Lo que ocurrió con TUSD no fue un simple fallo operativo ni un caso de zona gris regulatoria. Fue un robo a gran escala y transfronterizo, orquestado por personas y entidades que sabían exactamente lo que estaban haciendo. Se aprovecharon de la confianza. Violaron todas las reglas fiduciarias existentes. Y se marcharon con $456 millones que pertenecían a los usuarios.
No hubo confusión. No fue un accidente. Solo fue un robo calculado disfrazado de lenguaje corporativo. El tipo de esquema que requiere planificación, coordinación y un asombroso desprecio por las personas cuyo dinero estaba en juego. Cuando las instituciones destinadas a salvaguardar los activos se convierten en quienes los vacían, eso no es solo fraude: es el colapso de toda la infraestructura de confianza sobre la que este sector dice basarse.