Esta vez, Japón va en serio.

Según fuentes conocedoras, es muy probable que el Banco de Japón suba los tipos de interés este mes, siempre que no ocurra nada inesperado. Y esto no es un simple ajuste: si se materializa, la tasa de política se disparará al nivel más alto desde 1995. En otras palabras, la era de la política monetaria ultralaxa que ha durado casi treinta años está a punto de llegar a su fin.

Y lo más importante: no será la última vez. El mensaje del banco central es muy claro: mientras los datos económicos lo permitan, seguirán subiendo los tipos. Ahora, el mercado ya no se pregunta si subirán o no, sino cuán agresivas serán las subidas. Basta con ver la cotización de los swaps overnight: los operadores asignan una probabilidad del 90% a una subida de tipos este mes. ¿Es o no una señal contundente?

El grifo de la liquidez global se está cerrando. Japón solía ser el último refugio de tipos cero, pero ahora incluso aquí se va a endurecer la política. Los fondos que dependían del carry trade con yenes serán los primeros afectados. El propio banco central estima que la tasa neutral está entre el 1% y el 2,5%, lo que deja bastante margen para futuras subidas. ¿Repatriación de capitales hacia activos denominados en yenes? Esta tendencia podría acelerarse más rápido de lo esperado.

Para el mercado cripto, el impacto podría ser considerable. Aquellos que usaban yenes para apalancarse en criptos verán aumentar sus costes, y muchos tendrán que plantearse cerrar posiciones. Una vez que empiece el desapalancamiento, la presión vendedora puede aparecer rápidamente. Además, con las políticas monetarias globales divergentes (Estados Unidos podría bajar tipos mientras Japón los sube), la volatilidad probablemente será aún mayor.

En resumen, las reglas del juego de la liquidez han cambiado y el mercado tendrá que adaptarse de nuevo.