Tras la pérdida de la barrera de los 83.000, la señal más peligrosa en realidad proviene del otro lado del Pacífico: el Banco de Japón podría estar preparando una tormenta de liquidez que sacuda al mundo entero.
Las cifras sobre la mesa son claras: el mercado asigna una probabilidad del 80% a una subida de tipos por parte del Banco de Japón en diciembre, y para enero del próximo año esa cifra se dispara al 90%. No subestimes este movimiento, ya que afecta a un mecanismo gigantesco de casi 19 billones de dólares: el carry trade.
La lógica de esta operativa es muy sencilla. Durante las últimas décadas, los tipos de interés del yen han estado cerca de cero, convirtiéndose en trampolín para el capital global: se toma prestado yen casi sin coste, se cambia por dólares y se invierte en mercados de alto rendimiento como la bolsa estadounidense o las criptomonedas. Pero este juego tiene una premisa fatal: Japón debe mantener los tipos bajos. Si entran en un ciclo de subidas, toda la cadena de capital se invertirá: cierre de posiciones, compra de yenes y repatriación de fondos. Un flujo de salida de este calibre haría que activos de riesgo como BTC absorban la primera oleada de ventas forzadas.
El momento es aún más crítico. El Banco de Japón se reúne el 19 de diciembre, justo antes de Navidad, el periodo de menor liquidez de todo el año. En ese contexto, cualquier noticia puede amplificarse exponencialmente y no se puede descartar un flash crash.
Por otro lado, la Fed tampoco ha dejado espacio para la esperanza. Tras entrar Powell en periodo de silencio, las expectativas de recortes de tipos se han esfumado. Con los bancos centrales de Oriente y Occidente endureciendo políticas al mismo tiempo, las vías de escape de capital están prácticamente selladas.
Los datos lo explican aún mejor. BTC ha caído más de un 20% desde máximos y los ETF han registrado salidas netas de más de 3.500 millones de dólares en el último mes. No se trata solo de una simple corrección de precios, sino de capital votando con los pies. Las liquidaciones diarias superan fácilmente los 400 millones de dólares, y las reacciones en cadena por el apalancamiento todavía continúan. La estructura del mercado está tan frágil que cualquier movimiento puede provocar turbulencias.
A nivel ecosistémico, el panorama tampoco es alentador. Algunos proyectos veteranos en la red BSC ya han perforado soportes históricos, con la liquidez y la confianza bajo mínimos. En este momento, los más presionados son los propios equipos de las plataformas, que están más preocupados que los minoristas: si el ecosistema colapsa, nadie sale ganando. ¿Veremos medidas de rescate? Es bastante probable, pero el cuándo y el alcance son aún una incógnita.
Ahora la cuestión no es si te atreves o no a coger el cuchillo cayendo, sino si has entendido bien la naturaleza de esta corrección. No es una simple caída técnica, sino una revalorización sistémica tras el giro en las expectativas de liquidez global. Las decisiones que se tomen en Japón pueden ser mucho más determinantes para la tendencia de los próximos meses que cualquier gráfico que estés vigilando.
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· hace1h
Si el Banco de Japón realmente sube los tipos de interés, el carry trade se invertirá por completo; esta vez sí que es diferente.
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GlueGuy
· hace1h
El 19 de diciembre es realmente un momento demoníaco... La liquidez es la más baja y choca de lleno con la decisión del banco central, esto es básicamente una trampa.
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StillBuyingTheDip
· hace1h
Si el Banco de Japón realmente sube los tipos de interés, toda esta estrategia de carry trade tendría que revertirse por completo; solo de pensarlo se me pone la piel de gallina.
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ForkThisDAO
· hace1h
El Banco de Japón sí que se atreve a hacer esto en Nochebuena, la liquidez global va a enfriarse.
En cuanto el apalancamiento de las operaciones de carry trade se invierta, BTC será el primero en quedarse con el marrón, es inevitable.
Un mecanismo de 19 billones de dólares se puede desplomar de repente, esta vez no es tan simple.
En vez de intentar adivinar el suelo, mejor esperar a que llegue la señal desde Japón.
El dinero vota con los pies, el flujo neto de salida constante de los ETF es una señal demasiado evidente.
El verdadero riesgo nunca está en el gráfico, sino en la sala de reuniones del banco central.
El ADN de este ajuste es diferente, la revalorización sistémica no es ninguna broma.
Tras la pérdida de la barrera de los 83.000, la señal más peligrosa en realidad proviene del otro lado del Pacífico: el Banco de Japón podría estar preparando una tormenta de liquidez que sacuda al mundo entero.
Las cifras sobre la mesa son claras: el mercado asigna una probabilidad del 80% a una subida de tipos por parte del Banco de Japón en diciembre, y para enero del próximo año esa cifra se dispara al 90%. No subestimes este movimiento, ya que afecta a un mecanismo gigantesco de casi 19 billones de dólares: el carry trade.
La lógica de esta operativa es muy sencilla. Durante las últimas décadas, los tipos de interés del yen han estado cerca de cero, convirtiéndose en trampolín para el capital global: se toma prestado yen casi sin coste, se cambia por dólares y se invierte en mercados de alto rendimiento como la bolsa estadounidense o las criptomonedas. Pero este juego tiene una premisa fatal: Japón debe mantener los tipos bajos. Si entran en un ciclo de subidas, toda la cadena de capital se invertirá: cierre de posiciones, compra de yenes y repatriación de fondos. Un flujo de salida de este calibre haría que activos de riesgo como BTC absorban la primera oleada de ventas forzadas.
El momento es aún más crítico. El Banco de Japón se reúne el 19 de diciembre, justo antes de Navidad, el periodo de menor liquidez de todo el año. En ese contexto, cualquier noticia puede amplificarse exponencialmente y no se puede descartar un flash crash.
Por otro lado, la Fed tampoco ha dejado espacio para la esperanza. Tras entrar Powell en periodo de silencio, las expectativas de recortes de tipos se han esfumado. Con los bancos centrales de Oriente y Occidente endureciendo políticas al mismo tiempo, las vías de escape de capital están prácticamente selladas.
Los datos lo explican aún mejor. BTC ha caído más de un 20% desde máximos y los ETF han registrado salidas netas de más de 3.500 millones de dólares en el último mes. No se trata solo de una simple corrección de precios, sino de capital votando con los pies. Las liquidaciones diarias superan fácilmente los 400 millones de dólares, y las reacciones en cadena por el apalancamiento todavía continúan. La estructura del mercado está tan frágil que cualquier movimiento puede provocar turbulencias.
A nivel ecosistémico, el panorama tampoco es alentador. Algunos proyectos veteranos en la red BSC ya han perforado soportes históricos, con la liquidez y la confianza bajo mínimos. En este momento, los más presionados son los propios equipos de las plataformas, que están más preocupados que los minoristas: si el ecosistema colapsa, nadie sale ganando. ¿Veremos medidas de rescate? Es bastante probable, pero el cuándo y el alcance son aún una incógnita.
Ahora la cuestión no es si te atreves o no a coger el cuchillo cayendo, sino si has entendido bien la naturaleza de esta corrección. No es una simple caída técnica, sino una revalorización sistémica tras el giro en las expectativas de liquidez global. Las decisiones que se tomen en Japón pueden ser mucho más determinantes para la tendencia de los próximos meses que cualquier gráfico que estés vigilando.