La declaración de subida de tipos de Kazuo Ueda ha pillado totalmente por sorpresa al mercado. Los tres principales índices bursátiles estadounidenses cayeron en respuesta; el Dow Jones se desplomó 427 puntos, e incluso el sector cripto no pudo mantenerse al margen. ¿Cómo describir esta situación? Es como si la tienda a la que sueles ir de repente aumentara enormemente los beneficios para los socios: ¿no te plantearías transferir tu dinero allí?

Japón es el mayor acreedor de EE. UU., con 1,2 billones de dólares en bonos estadounidenses. Cada uno de sus movimientos es como una espada de Damocles para los mercados globales. Fíjate, la rentabilidad del bono japonés a diez años ya ha subido hasta el 1,8 %, el nivel más alto desde la crisis financiera de 2008. El capital ha empezado a fluir hacia Japón, y la rentabilidad de los bonos estadounidenses se ha disparado al 4 %.

En definitiva, los ajustes en la política monetaria de los bancos centrales afectan mucho más que solo a las bolsas. Cuando cambian los flujos de capital, mercados tan sensibles a la liquidez como el de las criptomonedas inevitablemente se ven afectados y fluctúan.