Llevo varios años peleando en este mercado y he resumido algunas reglas de supervivencia. No busco hacerme rico de la noche a la mañana, solo quiero permanecer mucho tiempo.

¿Te has quedado atrapado? No pienses en recuperarlo todo de golpe. Mientras el capital siga ahí, tienes el billete para la siguiente ronda. Si te apresuras por doblar, normalmente acabas peor.

Las fases laterales son las más peligrosas. Cuanto más tranquilo parece el agua, más fuerte es la corriente por debajo. No te dejes engañar por unas velas estables, antes de los grandes movimientos siempre tiene esta pinta.

Cuando el precio sube fuerte, no te dejes llevar solo por la emoción. Cuanto más vertical la subida, más dura la caída. Si sube como loco, vende la mitad primero y asegura beneficios; eso es lo que realmente importa. Lo que quede, que sea lo que tenga que ser.

Para entrar o salir hay que ir en contra de la naturaleza humana: atrévete a comprar cuando todo cae y a vender cuando todos se ciegan por las subidas. ¿Ir por instinto? Eso es para los novatos.

Recuerda bien la regla de las tres prohibiciones: no vendas con prisas en subidas, no compres el fondo en caídas bruscas, no te muevas sin sentido en lateral. Controlar tus impulsos es más útil que cualquier indicador técnico.

Para ver la tendencia, distingue los contextos: en mercados favorables, mira los soportes y aguanta; en los adversos, fíjate en las resistencias y sal rápido. Es lo básico para sobrevivir.

Jamás entres con todo tu capital. Ir all-in puede ser divertido, pero acabar liquidado es el crematorio. Entra por partes, sal por partes, déjate siempre margen.

Si tu mentalidad falla, da igual lo bueno que seas técnicamente. La avaricia, el pánico y la impulsividad pueden dejar tu cuenta a cero.

El que más tiempo aguanta, es el verdadero ganador.