El indicador de prima en una determinada plataforma regulada se ha puesto repentinamente en rojo últimamente—y esto no es simplemente un tema técnico a arreglar, sino que le está diciendo al mercado: el dinero institucional, de verdad, ha vuelto.

¿Cómo juzgarlo? Basta con seguir los datos de la prima. Durante la caída de noviembre, este indicador estuvo en verde oscuro casi negro, dejando claro que los grandes inversores estadounidenses estaban retirándose; pero cuando BTC cayó al pozo de los 85.000 a 90.000 dólares, los datos dieron un giro positivo—"Perdonad, compañeros, hemos vuelto a comprar."

Tres fuerzas están actuando al mismo tiempo: Vanguard de repente abre la puerta, permitiendo que 50 millones de inversores conservadores accedan por primera vez a los ETF de Bitcoin; Charles Schwab, con su pool de activos de 12 billones de dólares, abrirá completamente el canal en 2026; en Japón los ETF también están en camino, combinando fondos de inversión y pensiones, listos para inyectar entre 3.000 y 10.000 millones de dólares en cualquier momento.

En otras palabras, las instituciones no es que no se hayan ido, sino que están peleando por los mejores asientos para 2026. El estatus de Bitcoin ya ha cambiado: de ser un “activo especulativo” ha pasado a ser una “opción estándar en la asignación de activos globales”. Ese dato de la prima en positivo es como decir: "Tranquilos, ya estamos dentro."

Miremos la señal lateral de los tipos de financiación: la caída de noviembre los llevó a números negativos, los bajistas estaban eufóricos; pero cuando el precio bajó a los 86.000 dólares en diciembre, la tasa se mantuvo inesperadamente en positivo—los alcistas, aunque sufrieron pérdidas, claramente no se han rendido. Con un poco de movimiento...