La tokenomía de Pi Network se basa en un modelo de distribución estructurado para equilibrar la participación comunitaria y la sostenibilidad organizativa. El protocolo fija un suministro máximo de 100 000 millones de monedas PI, con una asignación predeterminada que asegura una alineación duradera entre los distintos grupos de interés.
| Componente de distribución | Asignación | Cantidad |
|---|---|---|
| Comunidad | 80 % | 80 000 millones de PI |
| Equipo central y Ecosistema | 20 % | 20 000 millones de PI |
Este modelo da prioridad al empoderamiento de la comunidad, reservando la mayor parte de los tokens para mineros y participantes de la red. Los 80 000 millones de PI para la comunidad abarcan recompensas de minería (aproximadamente 65 000 millones de monedas), junto con incentivos para el ecosistema y bonificaciones por referidos. Esta estructura promueve una adopción amplia entre los usuarios de Pi Network, que ya superan los 45 millones de participantes activos en todo el mundo.
El 20 % asignado al equipo central de Pi y al desarrollo futuro del ecosistema garantiza que el proyecto disponga de los recursos necesarios para mantener la infraestructura, mejorar el protocolo y ejecutar iniciativas estratégicas. Al establecer este principio de distribución en el whitepaper del 14 de marzo de 2019, Pi Network aportó transparencia sobre la disponibilidad de tokens, independientemente de las variaciones en el suministro circulante. Este modelo predecible distingue el método de Pi Network, subrayando que la comunidad recibe significativamente más tokens que la organización, en línea con el compromiso fundamental del proyecto con la descentralización y la accesibilidad desde dispositivos móviles.
Pi Network aplica un mecanismo de suministro deflacionario avanzado que busca estabilizar el valor a largo plazo mediante la reducción exponencial de las recompensas de minería. El modelo de tokenomía asigna 100 000 millones de tokens Pi en total, de los cuales 65 000 millones se destinan a recompensas de minería para la comunidad, lo que supone el 65 % del suministro total. Esta distribución se rige por una función de decaimiento exponencial negativo, por lo que las tasas de minería disminuyen progresivamente conforme la red crece y suma participantes.
El resto del suministro se distribuye en un 10 % para la fundación, un 5 % para provisiones de liquidez y un 20 % para otros fines del ecosistema. Este reparto estructurado garantiza que los primeros participantes reciban mayores recompensas de minería, incentivando la adopción en la fase inicial de expansión. A medida que la red madura, la reducción de la tasa de minería limita la emisión de nuevos tokens, ejerciendo presión deflacionaria sobre el suministro circulante.
El mecanismo de decaimiento exponencial reduce a la mitad las recompensas de minería en intervalos predefinidos, similar a los modelos clásicos de criptomonedas. Actualmente, el suministro circulante de Pi ronda los 8,34 millones de tokens de un máximo de 100 000 millones, lo que refleja el proceso controlado de liberación. Este enfoque deflacionario evita la hiperinflación y premia a los pioneros que participaron en las primeras etapas del proyecto, estableciendo un marco sostenible para el crecimiento a largo plazo del ecosistema.
El sistema de gobernanza de PI Network redefine la distribución del poder, vinculando los derechos de voto y la influencia directamente a la participación y contribución real en la red. En vez de otorgar la autoridad principal a quienes acumulan más tokens, el sistema pone el foco en el compromiso activo y en las aportaciones medibles a las operaciones del protocolo.
Los participantes obtienen influencia en la gobernanza a través de distintos niveles de implicación: los Pioneers acceden instalando la app móvil, los Contributors escalan mediante su actividad en la red, los Ambassadors amplían su impacto con acciones de comunidad y los Node Operators refuerzan la gobernanza gestionando infraestructura esencial. Cada nivel acumula influencia proporcional en función de la calidad y cantidad de sus contribuciones.
Este modelo participativo genera una gobernanza más equitativa frente a los sistemas de voto basados únicamente en la tenencia de tokens. Los Contributors activos adquieren capacidad de decisión sin importar cuántos PI posean, mientras que los participantes inactivos no pueden dominar la gobernanza solo por su riqueza. El sistema premia el compromiso genuino con el desarrollo de la red, no la especulación financiera.
Los niveles superiores de participación desbloquean recompensas adicionales y más influencia, incentivando la contribución significativa. Así, las decisiones de gobernanza reflejan los intereses de los miembros activos de la comunidad, no los del capital externo, favoreciendo la sostenibilidad y la descentralización genuina del proyecto.
En 2025, Pi coin tiene un valor definido. Cotiza en varias plataformas, y su precio depende de la oferta y la demanda. Sin embargo, sigue siendo volátil y especulativo.
Con los precios actuales, 100 $ equivalen aproximadamente a 1 Pi coin. El valor de Pi puede variar en el mercado de criptomonedas.
El 03 de diciembre de 2025, 1 Pi coin cotiza en 0,2350 $. Este valor puede cambiar según el mercado.
Las previsiones sitúan Pi coin en 6,00 $ para 2030, con un precio medio en torno a 4,50 $. Su evolución dependerá del crecimiento de usuarios y del desarrollo del ecosistema.
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