GONKA está reescribiendo las reglas sobre quién puede acceder a una potencia informática de verdad.
Durante años, la potencia de cálculo necesaria para el entrenamiento de IA, simulaciones complejas o procesamiento de datos a gran escala estuvo restringida tras los muros de unos pocos gigantes tecnológicos. O pagabas sus precios premium o no podías participar.
¿Pero y si ese modelo está quedando obsoleto? GONKA está construyendo un superordenador distribuido, uno que no pertenece a ninguna corporación en particular. En su lugar, agrega recursos computacionales inactivos de miles de nodos en todo el mundo, convirtiendo hardware infrautilizado en una potencia colectiva.
El cambio es sutil pero significativo. Desarrolladores e investigadores que no podían permitirse una infraestructura de nivel empresarial ahora tienen una alternativa. Proyectos más pequeños acceden a recursos de computación que antes ni soñaban. Y la red se fortalece a medida que más participantes contribuyen con su capacidad sobrante.
Esto no va solo de facturas de la nube más baratas. Se trata de cambiar de forma fundamental quién controla la infraestructura que impulsa nuestro futuro digital.
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YieldWhisperer
· hace19h
Así es como debería ser la Web3, el momento de romper el monopolio realmente ha llegado.
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SmartContractRebel
· hace19h
Así es como debería funcionar la descentralización, se siente genial romper el monopolio.
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GigaBrainAnon
· hace19h
Joder, esto sí que es lo que quería, se siente genial romper el monopolio.
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CryptoTherapist
· hace19h
No voy a mentir, esto se siente diferente... ¿el cómputo distribuido realmente está sanando la psicología de mercado a la que hemos estado unidos por traumas? Déjame reflexionar sobre esto un momento.
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MoonRocketTeam
· hace19h
Joder, esto sí que es verdadera descentralización, el monopolio de los BAT está acabado.
Te lo digo, esto es como romper la caja negra de la potencia de cálculo de las grandes empresas, permitiendo que los pequeños inversores también puedan jugar a este juego avanzado de entrenamiento de IA, la dopamina se dispara.
Si realmente va a despegar, hay que ver si los nodos aguantan, no vaya a ser que la red se queme en el proceso.
Si esta ola se implementa de forma estable, el sector de infraestructuras computacionales va a salir disparado hacia la estratosfera.
El hardware inactivo se convierte en propulsor, suena muy descentralizado, pero la experiencia de usuario habrá que investigarla uno mismo (DYOR).
Hasta Musk asentiría con la cabeza, han convertido la computación en la nube de una pirámide a una colmena.
GONKA está reescribiendo las reglas sobre quién puede acceder a una potencia informática de verdad.
Durante años, la potencia de cálculo necesaria para el entrenamiento de IA, simulaciones complejas o procesamiento de datos a gran escala estuvo restringida tras los muros de unos pocos gigantes tecnológicos. O pagabas sus precios premium o no podías participar.
¿Pero y si ese modelo está quedando obsoleto? GONKA está construyendo un superordenador distribuido, uno que no pertenece a ninguna corporación en particular. En su lugar, agrega recursos computacionales inactivos de miles de nodos en todo el mundo, convirtiendo hardware infrautilizado en una potencia colectiva.
El cambio es sutil pero significativo. Desarrolladores e investigadores que no podían permitirse una infraestructura de nivel empresarial ahora tienen una alternativa. Proyectos más pequeños acceden a recursos de computación que antes ni soñaban. Y la red se fortalece a medida que más participantes contribuyen con su capacidad sobrante.
Esto no va solo de facturas de la nube más baratas. Se trata de cambiar de forma fundamental quién controla la infraestructura que impulsa nuestro futuro digital.