De 200.000 a 1.500.000, mi clave fue la "paciencia"
Después de mucho tiempo en el mundo cripto, ¿quién no ha sido disciplinado por el mercado?
A mí también me pasó. Llegué a tener solo poco más de 20.000 euros en la cuenta, tras perder entre 70.000 y 80.000 que me perseguían como una pesadilla. En ese momento, me fijé un objetivo: llegar a 1.500.000. Sinceramente, ni yo mismo me lo creía.
Pero llegó el punto de inflexión.
No fue por ninguna estrategia mágica, simplemente cambié mi actitud. Dejé de sentirme tentado cada vez que veía moverse las velas, y dejé de soñar con recuperarlo todo en una sola jugada. Solo hice una cosa: esperar.
¿Esperar qué? Esperar a que la tendencia fuera clara, a que la dirección se definiera, a que el mercado me pusiera la oportunidad en bandeja.
Antes pensaba que cada segundo era una oportunidad, y si el precio se movía un poco, sentía la necesidad de entrar con todo. ¿Cuál era el resultado? Siempre recibía un golpe de realidad. Más tarde comprendí: cuando no entiendes el mercado, cuanto más te mueves, más pierdes. Estar fuera y observar es la jugada más inteligente.
Me puse tres reglas de hierro:
Si la señal no es clara, no actúo bajo ningún concepto. Si me equivoco, asumo la pérdida de inmediato, nunca me aferro. Si acierto, aumento la posición siguiendo la tendencia.
Así, mi cuenta pasó de poco más de 20.000 a 60.000, luego superó los 100.000 y finalmente se estabilizó en 150.000, con menos de veinte operaciones en todo el proceso.
No fue suerte, ni tampoco talento. Fue a base de aprender de las liquidaciones, de la disciplina forjada tras los reveses del mercado.
Un amigo me bromeó: “¿Cómo es que ahora tienes tanta paciencia? Antes en cuanto veías volatilidad te lanzabas con todo.”
Sonreí y no dije nada.
No sabe que esta “calma” de ahora la conseguí a base de caer en todos esos pozos sangrientos del pasado.
En el mundo cripto nunca ha existido el mito de hacerse rico de la noche a la mañana. Los que realmente ganan dinero son los que mantienen las emociones a raya y llevan la disciplina grabada en los huesos.
No necesitas esperar milagros, solo necesitas hacer esto: saber esperar la oportunidad, resistir la tentación y avanzar con paso firme en cada movimiento.
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De 200.000 a 1.500.000, mi clave fue la "paciencia"
Después de mucho tiempo en el mundo cripto, ¿quién no ha sido disciplinado por el mercado?
A mí también me pasó. Llegué a tener solo poco más de 20.000 euros en la cuenta, tras perder entre 70.000 y 80.000 que me perseguían como una pesadilla. En ese momento, me fijé un objetivo: llegar a 1.500.000. Sinceramente, ni yo mismo me lo creía.
Pero llegó el punto de inflexión.
No fue por ninguna estrategia mágica, simplemente cambié mi actitud. Dejé de sentirme tentado cada vez que veía moverse las velas, y dejé de soñar con recuperarlo todo en una sola jugada. Solo hice una cosa: esperar.
¿Esperar qué? Esperar a que la tendencia fuera clara, a que la dirección se definiera, a que el mercado me pusiera la oportunidad en bandeja.
Antes pensaba que cada segundo era una oportunidad, y si el precio se movía un poco, sentía la necesidad de entrar con todo. ¿Cuál era el resultado? Siempre recibía un golpe de realidad. Más tarde comprendí: cuando no entiendes el mercado, cuanto más te mueves, más pierdes. Estar fuera y observar es la jugada más inteligente.
Me puse tres reglas de hierro:
Si la señal no es clara, no actúo bajo ningún concepto.
Si me equivoco, asumo la pérdida de inmediato, nunca me aferro.
Si acierto, aumento la posición siguiendo la tendencia.
Así, mi cuenta pasó de poco más de 20.000 a 60.000, luego superó los 100.000 y finalmente se estabilizó en 150.000, con menos de veinte operaciones en todo el proceso.
No fue suerte, ni tampoco talento. Fue a base de aprender de las liquidaciones, de la disciplina forjada tras los reveses del mercado.
Un amigo me bromeó: “¿Cómo es que ahora tienes tanta paciencia? Antes en cuanto veías volatilidad te lanzabas con todo.”
Sonreí y no dije nada.
No sabe que esta “calma” de ahora la conseguí a base de caer en todos esos pozos sangrientos del pasado.
En el mundo cripto nunca ha existido el mito de hacerse rico de la noche a la mañana. Los que realmente ganan dinero son los que mantienen las emociones a raya y llevan la disciplina grabada en los huesos.
No necesitas esperar milagros, solo necesitas hacer esto: saber esperar la oportunidad, resistir la tentación y avanzar con paso firme en cada movimiento.