Rusia ha encontrado una forma de sortear las sanciones: vender petróleo a países que aún no han sido incluidos en la lista negra. Una jugada inteligente, pero no todo es un camino de rosas. Ya hay dos grandes obstáculos que están golpeando duramente a Moscú, y no van a desaparecer a corto plazo.
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Rusia ha encontrado una forma de sortear las sanciones: vender petróleo a países que aún no han sido incluidos en la lista negra. Una jugada inteligente, pero no todo es un camino de rosas. Ya hay dos grandes obstáculos que están golpeando duramente a Moscú, y no van a desaparecer a corto plazo.