El presidente de la SEC de EE. UU., Paul Atkins, lanzó recientemente una bomba en una entrevista: afirmó abiertamente que Bitcoin y los criptoactivos se convertirán en los próximos años en la infraestructura subyacente de las finanzas globales, y añadió: “Ese es el rumbo hacia el que va el mundo”.

No es un comentario casual. La SEC lleva un tiempo impulsando la actualización de la infraestructura financiera, y el núcleo de esta iniciativa es trasladar las finanzas tradicionales hacia la tecnología cripto, en especial migrar los activos de valores a la cadena de bloques. El presidente incluso puso un ejemplo: igual que la música pasó del vinilo al audio digital, la blockchain puede distribuir derechos mediante contratos inteligentes de forma transparente y revitalizar activos que antes eran poco líquidos. La emisión, el comercio y la tenencia de activos se transformarán por completo, tan radicalmente como el MP3 cambió la industria musical.

¿Cómo se va a hacer? No se trata solo de tokenizar activos, sino de trasladar toda la infraestructura financiera tradicional a la blockchain. Algunos expertos predicen que, en dos años, todos los mercados de EE. UU. podrían funcionar y liquidarse en cadena, con la blockchain dejando perfectamente claro quién es el propietario de qué.

El marco regulatorio también se está adaptando. La SEC ha declarado que abandonará el enfoque anterior de “multar primero y preguntar después”, y en su lugar elaborará normas formales, optimizará las exenciones y mejorará las directrices de divulgación, estableciendo reglas para la emisión, custodia y negociación de criptoactivos.

Por ejemplo, en la fase de emisión, la SEC planea adaptar los formularios de registro tradicionales para ajustarlos a los criptoactivos; en custodia, eliminará reglas contables restrictivas y aclarará el concepto de “custodio calificado”; en el ámbito de la negociación, apoyará a los brókeres en la construcción de plataformas integrales capaces de gestionar tanto valores como criptoactivos. Todo esto tiene un objetivo claro: consolidar el liderazgo de Estados Unidos en el sector cripto global.

Aunque Bitcoin es volátil y especulativo, como líder del mercado cripto, ya ha sido oficialmente definido como un no-valor, y se considera más bien una herramienta de reserva de valor.

En realidad, lo que busca la SEC con este movimiento es allanar el camino para la transformación de las finanzas tradicionales: fomentar la innovación sin descuidar la gestión de riesgos. Cómo se desarrollará este proceso, lo veremos en los próximos años.