La situación de $BTC es ahora un poco absurda.

El nuevo presidente de la SEC acaba de dar a Bitcoin el mayor respaldo de la historia: “La piedra angular del futuro de las finanzas globales”. Hace dos años, ni siquiera se podía imaginar escuchar algo así. Las señales de que el sistema financiero tradicional está a punto de cambiar ya son lo suficientemente claras. Pero antes de que el mercado pudiera digerir esta buena noticia, la principal firma de capital riesgo de Silicon Valley, a16z, lanzó una bomba: la computación cuántica podría destruir el sistema criptográfico actual de Bitcoin; si no se actualiza rápidamente, las consecuencias serán imprevisibles.

Dos extremos aparecen al mismo tiempo. Por un lado, el respaldo oficial sin precedentes; por otro, las alarmas técnicas. Y más surrealista aún es el coste de la minería: ahora, minar un solo Bitcoin cuesta 137.800 dólares, incluso más que el precio de mercado. ¿Por qué los mineros siguen trabajando? Porque apuestan por el futuro, apuestan a que esto realmente puede reconfigurar las reglas financieras. Basta con mirar el entorno actual: el precio de la vivienda en Estados Unidos ha aplastado las esperanzas de los jóvenes, el sentimiento de vacío económico se extiende, Bitcoin ha subido un 122% en un año. Para muchos, esto no es una inversión, es la única cuerda de salvación a la que pueden agarrarse.

Pero la amenaza cuántica no es ciencia ficción. El mecanismo de actualización de Bitcoin es famoso por su lentitud, un hard fork podría provocar la división de la comunidad, y lo peor son esas direcciones antiguas inactivas desde hace años: millones de bitcoins están en carteras de los primeros días, cuyos propietarios quizá ya estén ilocalizables, por lo que esas monedas nunca actualizarán sus mecanismos de defensa. Si los ordenadores cuánticos alcanzan el punto crítico, esas direcciones podrían ser atacadas en masa, lo que provocaría una reacción en cadena catastrófica.

Ahora mismo, Bitcoin está en una encrucijada: puede convertirse en la infraestructura del nuevo sistema financiero o morir repentinamente en una iteración tecnológica. La declaración de la SEC le ha dado alas, pero la advertencia de a16z marca una cuenta atrás. Los mineros extraen a pérdidas, los jóvenes apuestan con desesperación, los ordenadores cuánticos avanzan a toda velocidad en los laboratorios... El clímax de esta historia aún no ha llegado.

¿Podrá ganarle la carrera al tiempo?