Trece años después, se desbloquean 2.000 BTC almacenados en monedas Casascius

Fuente: Coindoo
Título original: Trece años después, se desbloquean 2.000 BTC almacenados en monedas Casascius
Enlace original: https://coindoo.com/thirteen-years-later-2000-btc-stored-in-casascius-coins-is-unlocked/

Un capítulo olvidado del pasado de Bitcoin resurgió repentinamente esta semana cuando se logró acceder por fin a dos artefactos físicos de Bitcoin ultrararos —cada uno vinculado a 1.000 BTC—.

Lo que permaneció intacto durante más de 13 años, y valía solo unos pocos miles de dólares cuando se creó, ahora representa aproximadamente $179 millones.

Puntos clave

• Se ha accedido a dos piezas ultrararas de Casascius que albergan 1.000 BTC cada una, tras más de una década.
• Una data de 2011, cuando Bitcoin cotizaba por debajo de 4 dólares; la otra de 2012, por menos de 12 dólares.
• Las monedas Casascius eran coleccionables físicos de Bitcoin sellados con claves privadas ocultas.

Estas piezas se remontan a principios de la década de 2010, una época en la que los entusiastas de Bitcoin experimentaban con convertir un activo totalmente digital en algo tangible. Una de ellas surgió a finales de 2011, cuando un solo BTC costaba menos que una taza de café. Otra apareció en 2012, aún mucho antes de que las finanzas tradicionales reconocieran la existencia de este activo.

Reliquias de la era primitiva de Bitcoin

Las monedas pertenecen a una serie conocida como monedas Casascius —un peculiar proyecto del empresario de Utah Mike Caldwell, que quería que la gente experimentara Bitcoin como dinero físico. Insertó BTC reales en monedas de latón y bañadas en oro, protegidas por sellos holográficos. Si despegabas la pegatina, podías acceder a la clave privada en el interior; si la dejabas intacta, la moneda se convertía en una curiosidad coleccionable.

Estos artículos se fabricaron en tamaños que iban desde fichas de 1 BTC hasta gigantes de mil bitcoins. Se convirtieron en artefactos de culto, no solo por su valor intrínseco, sino porque Caldwell se vio obligado a cesar la producción después de que los reguladores sugirieran que su modelo de acuñación se parecía demasiado a una transmisión de dinero no autorizada. La escasez los transformó instantáneamente en algo más que simples curiosidades: se convirtieron en cápsulas del tiempo.

Activar no significa vender en el mercado

Cada vez que uno de estos artefactos “durmientes” despierta, surge la especulación: ¿Se venderán los bitcoins? ¿Caerá el precio?

No necesariamente. Muchos propietarios canjean las monedas Casascius simplemente para que los fondos sean más seguros o fáciles de gestionar, no para liquidarlos. A principios de este año, un coleccionista conocido como “John Galt” transfirió 100 BTC de su moneda a una cartera hardware y dejó claro que no tenía prisa por vender. Después de conservarlos tanto tiempo, la motivación era la seguridad, no la obtención de beneficios.

Con solo 16 unidades en formato barra y apenas seis monedas de 1.000 BTC producidas en total, cada movimiento es una ventana a la historia de origen de Bitcoin —un recordatorio de que lo que hoy es oro digital, alguna vez fue lo suficientemente pequeño como para caber bajo un sello de seguridad en una moneda de latón.