En los últimos dos meses, el Bitcoin ha caído de forma brutal, y detrás de esto hay un gran culpable: la salida masiva de capital de los ETF.

Los datos de noviembre son especialmente alarmantes: una salida neta de más de 3.500 millones de dólares, marcando el peor récord de la historia. Los minoristas se asustan al ver cómo el precio se desploma y los fondos institucionales también se retiran discretamente; esta doble presión vendedora ha dejado el mercado completamente helado.

Lo peor es que la salida de capital y la caída de precios han entrado en un círculo vicioso: cuanto más baja el precio, más gente huye, y esa huida acelera aún más la caída. En momentos así, no sigas a los que venden en pánico. Proteger tu capital siempre es más sensato que apostar por un rebote incierto. Cuando el sentimiento del mercado es tan extremo, sobrevivir es lo más importante.