En este sector, ¿a qué se dedica la gente? A seguir tendencias, cazar airdrops y competir por visibilidad. ¿Construir infraestructuras de privacidad? Sinceramente, eso no llama mucho la atención.

Pero, ¿y si nadie lo hace? Toda la industria se deslizaría hacia el otro extremo: cualquiera podría consultar tus activos, todas tus acciones serían rastreables y tu identidad quedaría completamente expuesta. Al final, esa pizca de libertad que creías tener también te la arrebatarían por completo.

Algunos proyectos optan por ir a contracorriente: devolver la privacidad al usuario, mantener el control en manos de cada uno y que solo el protocolo sea transparente. No es el negocio más astuto, pero puede que sí sea una causa necesaria.