Puede que no lo sepas, pero por muy bien que funcionen los modelos de IA en el laboratorio, en cuanto se enfrentan al mundo real suelen fracasar: los datos muestran que entre el 87% y el 90% de los modelos se caen directamente al recibir datos no verificados o inconsistentes.

Ahora TAO está muy fuerte en el sector de la IA, pero no hay que olvidar a un actor que suele pasar desapercibido: la capa de verificación de datos que está desarrollando IOTA. Cuando la IA empieza a penetrar en sectores como la logística o el comercio, las reglas del juego cambian. Ya no basta con acumular potencia de cálculo; lo fundamental es que la información que alimenta a la IA sea fiable.

El papel de IOTA aquí es anclar documentos, información de identidad y registros de auditoría, especialmente en sistemas transfronterizos. La potencia de cálculo permite que la IA funcione rápido, pero solo los datos verificados hacen que funcione correctamente. Por eso la capa de infraestructura de datos es cada vez más importante: da igual lo inteligente que sea el modelo, si le das datos erróneos, no servirá de nada.