Entiendo el argumento sobre el equilibrio de la balanza comercial; en el fondo, es una cuestión macroeconómica sobre cómo los flujos de ahorro interactúan con los patrones de inversión. Pero soy escéptico respecto a la narrativa de la ventaja comparativa en este caso.

Piénsalo: imagina una nación con recursos naturales limitados y sin un historial consolidado en servicios profesionales de alto nivel. La teoría clásica sugiere que, de forma natural, encontrarán su nicho gracias a la ventaja comparativa. ¿De verdad? La realidad es mucho más compleja.

El modelo clásico asume mercados sin fricciones y movilidad perfecta, pero las economías reales afrontan limitaciones estructurales que la teoría pasa por alto. Un país con pocos recursos y sin una base institucional en servicios especializados no puede simplemente crear una ventaja comparativa desde cero: existe dependencia de trayectoria, fallos de coordinación y requisitos de capital que generan barreras de entrada muy serias.