Una ballena cripto acaba de depositar 9 millones de libras en las arcas de un partido político del Reino Unido, batiendo récords de donaciones. El movimiento ha dado mucho que hablar, y no precisamente de forma positiva. Algunos temen que esto podría ser el comienzo de algo mayor: una transición hacia guerras de financiación política al estilo estadounidense, donde quienes tienen mayores recursos económicos dominan la conversación. Cuando el dinero cripto entra en la política a esta escala, surgen preguntas sobre la influencia, la regulación y si estamos presenciando un cambio de estrategia en tiempo real. El sector ya está bajo escrutinio. Ahora, añade poder político al cóctel.