Últimamente hay un fenómeno bastante interesante: tanto las finanzas tradicionales como el sector cripto se han fijado a la vez en el asunto de “poner a los niños a invertir”.
Empecemos por los grandes movimientos fuera del sector cripto. A principios de diciembre, Trump anunció oficialmente que abrirá cuentas exclusivas para los menores de 18 años en Estados Unidos, y que los niños nacidos entre 2025 y 2028 podrán recibir gratis 1.000 dólares de capital inicial del Tesoro. Nada más salir la noticia, Michael Dell y su esposa desembolsaron 6.250 millones de dólares para ayudar a 25 millones de niños estadounidenses a abrir cuentas de inversión. Su lema es aún más ambicioso: “Que cada niño sea millonario a los 18 años, que todos puedan ser capitalistas”.
¿Creías que solo las finanzas tradicionales estaban compitiendo? El sector cripto tampoco se queda atrás.
Recientemente, una de las principales plataformas de intercambio ha lanzado un proyecto exclusivo para niños de entre 5 y 17 años, básicamente una “cuenta de activos digitales versión juvenil”. El funcionamiento es el siguiente: la cuenta principal está controlada por los padres, y el niño utiliza una app específica para recibir transferencias de los padres y ver la evolución de los beneficios, pero —ojo al dato— no puede operar ni retirar los fondos a la blockchain. Este diseño es bastante ingenioso, ya que elimina de raíz el riesgo especulativo.
El objetivo tampoco es que los niños ganen dinero rápido. Lo que buscan es que las nuevas generaciones se familiaricen desde pequeños con la lógica de los activos digitales y se adapten de antemano al entorno financiero del futuro. Al fin y al cabo, cuando estos niños sean adultos, lo digital en las finanzas probablemente ya será una infraestructura básica.
Tanto si es tradicional como si es cripto, el núcleo de la cuestión es el mismo: adelantar la educación financiera. El problema ahora es si el apoyo político y la autorregulación del sector podrán seguir el ritmo y evitar que algo bueno se convierta en otro campo de explotación. Si realmente se consigue una orientación segura y positiva, en realidad es algo bueno para el desarrollo a largo plazo de todo el sector.
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SleepyArbCat
· 12-06 05:50
Deere ha apostado fuerte directamente por la próxima generación, es bastante atrevido... pero el verdadero juego de cosecha apenas está comenzando.
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MagicBean
· 12-06 05:38
Ya han encontrado otra nueva forma de aprovecharse de los novatos...
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RektRecorder
· 12-06 05:32
Espera, ¿acaso no es esto una forma encubierta de sacarles dinero a los novatos? Solo están lavándole el cerebro a los chavales.
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ChainWatcher
· 12-06 05:31
Joder, ambos lados quieren sacar tajada de los niños, esta jugada sí que es ingeniosa.
Últimamente hay un fenómeno bastante interesante: tanto las finanzas tradicionales como el sector cripto se han fijado a la vez en el asunto de “poner a los niños a invertir”.
Empecemos por los grandes movimientos fuera del sector cripto. A principios de diciembre, Trump anunció oficialmente que abrirá cuentas exclusivas para los menores de 18 años en Estados Unidos, y que los niños nacidos entre 2025 y 2028 podrán recibir gratis 1.000 dólares de capital inicial del Tesoro. Nada más salir la noticia, Michael Dell y su esposa desembolsaron 6.250 millones de dólares para ayudar a 25 millones de niños estadounidenses a abrir cuentas de inversión. Su lema es aún más ambicioso: “Que cada niño sea millonario a los 18 años, que todos puedan ser capitalistas”.
¿Creías que solo las finanzas tradicionales estaban compitiendo? El sector cripto tampoco se queda atrás.
Recientemente, una de las principales plataformas de intercambio ha lanzado un proyecto exclusivo para niños de entre 5 y 17 años, básicamente una “cuenta de activos digitales versión juvenil”. El funcionamiento es el siguiente: la cuenta principal está controlada por los padres, y el niño utiliza una app específica para recibir transferencias de los padres y ver la evolución de los beneficios, pero —ojo al dato— no puede operar ni retirar los fondos a la blockchain. Este diseño es bastante ingenioso, ya que elimina de raíz el riesgo especulativo.
El objetivo tampoco es que los niños ganen dinero rápido. Lo que buscan es que las nuevas generaciones se familiaricen desde pequeños con la lógica de los activos digitales y se adapten de antemano al entorno financiero del futuro. Al fin y al cabo, cuando estos niños sean adultos, lo digital en las finanzas probablemente ya será una infraestructura básica.
Tanto si es tradicional como si es cripto, el núcleo de la cuestión es el mismo: adelantar la educación financiera. El problema ahora es si el apoyo político y la autorregulación del sector podrán seguir el ritmo y evitar que algo bueno se convierta en otro campo de explotación. Si realmente se consigue una orientación segura y positiva, en realidad es algo bueno para el desarrollo a largo plazo de todo el sector.