¿Quién lo habría imaginado? Cuando en la cuenta solo me quedaban 2000 U, pensé que mi carrera en el mundo cripto había terminado para siempre. Pero pasaron 92 días y el saldo de la cuenta se convirtió en 60.000 U.

No es ninguna superstición, ni tampoco pura suerte. Es la claridad que adquirí después de que el mercado me diera una dura lección al perder todo el capital grande que tenía.

¿Cómo perdía antes? Pues siguiendo la corriente y apostando fuerte: veía a otros dando señales y me lanzaba, veía subir el mercado y perseguía la subida, y al final todo el dinero grande se fue por el desagüe. Cuando solo quedaban 2000 U, pasaba noches enteras sin poder dormir, mirando fijamente los números en la cuenta, con la moral por los suelos.

Luego lo entendí: no podía seguir apostando. Tenía que cambiar de vida: hacer