¿Alguna vez has oído hablar de un CEO tan obsesionado con los acertijos que literalmente convirtió todo su edificio de oficinas en un gran rompecabezas?

Eso es exactamente lo que hizo este jefe de un fondo de cobertura. El tipo llevó su amor por los juegos mentales a otro nivel: cada pasillo, cada rincón de la sede se convirtió en parte de un elaborado laberinto enigmático. Probablemente los empleados necesiten un anillo descifrador solo para encontrar el baño.

¿Te crees lo bastante listo como para resolver uno de estos desafíos? Los acertijos están ahí fuera, esperando a alguien lo suficientemente astuto como para solucionarlos. Sin atajos, sin respuestas fáciles—solo pura gimnasia mental.

Te hace preguntarte: ¿es creatividad a nivel genio o simplemente una pesadilla para RRHH?