Hace unos días, en una cena, me encontré con una chica que se dedica a operar con contratos; fue bastante interesante. Me contó que había invertido 200.000 euros en el mundo cripto y que ahora el saldo de su cuenta es algo que ya ni se atreve a mirar.

"¿Sabes qué?", me dijo con una sonrisa amarga mientras sostenía su copa, "Ahora de verdad sospecho que alguien está vigilando mi cuenta. Cada vez que compro, empieza a bajar; cada vez que vendo con pérdidas, rebota."

Después de escucharla, fui directo y le dije la verdad: al mercado le da absolutamente igual tu dinero. Eso de "me están buscando" es solo una ilusión por la que pasa cualquier principiante.

En el fondo, el trading no es tan complicado:

Si ves la tendencia clara, súbete, no dudes.

Pon un stop-loss entre el 3% y el 5%, y cúmplelo a rajatabla.

Y luego... espera.

Así de simple. Pero, curiosamente, es justo la parte de "esperar" la que elimina al 90% de la gente.

Es como aprender a conducir: al principio todo parece complicado —el acelerador, el freno, el volante—, pero en cuanto te acostumbras, ya ni piensas en ello.

Los que de verdad ganan dinero entienden varias cosas:

Primero proteges tu capital, luego piensas en ganar —las pérdidas por operación nunca deben superar el 2% del total, nada de ir all-in.

Ir a favor de la tendencia es la clave —no vayas contra el mercado, no te pongas bajista en una subida ni intentes comprar el mínimo en plena caída, eso nunca acaba bien.

La paciencia vale más que la técnica —el mercado la mayor parte del tiempo solo va de lado y aburre, las oportunidades reales de operar son pocas.

El problema de esa chica es muy típico: domina los indicadores técnicos de memoria, pero no supera la parte emocional. Busca estrategias avanzadas, información privilegiada, y justo por eso olvida la disciplina más básica.

A veces resulta irónico. Mucha gente da mil vueltas, se equivoca una y otra vez, y al final descubre que la respuesta siempre estuvo ahí: método sencillo, disciplina férrea y muchísima paciencia. Eso es lo único que te permite sobrevivir a largo plazo.

Si tú también te sientes perdido en el trading, quizá deberías parar y preguntarte: ¿No estarás complicando lo que en realidad es sencillo?