Después de meter dinero real, ver cómo el mercado sube y baja afecta el ánimo de cualquiera. ¿Operar según sensaciones en ese momento? Básicamente es como gastar dinero en una caja sorpresa.

Sinceramente, la disciplina en el trading puede sonar aburrida, pero realmente funciona. Según mi experiencia, hay varios puntos clave:

Empecemos por el stop loss: no esperes pensando “a ver si remonta” o “quizá suba otra vez”. Cuando toca salir, hay que salir. Fija un precio mental o usa indicadores técnicos; si se activa, ejecuta la orden. Dudar solo hará que las pérdidas sigan aumentando.

Luego está el control de la posición. Ir all-in puede ser emocionante, pero el riesgo es inasumible. Limita cada operación a un porcentaje fijo de tu capital total, por ejemplo, un 10% o 20%. Así, aunque te equivoques, no será una catástrofe.

Y hay otro aspecto que suele pasarse por alto: el horario de trading. No hagas operaciones impulsivas de madrugada mientras revisas el gráfico. Las decisiones tomadas en los momentos de mayor inestabilidad emocional suelen ser las peores. Ponte un horario para operar y actúa solo cuando estés tranquilo.

Estas reglas no te ayudarán a predecir el mercado, pero sí a mantener la cabeza fría cuando todo se vuelve loco. Proteger el capital es más importante que perseguir grandes ganancias.

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