El Fondo Monetario Internacional acaba de publicar una evaluación preocupante sobre las stablecoins. Su último análisis sugiere que estos activos digitales podrían acelerar la sustitución de monedas en ciertas economías, lo que podría erosionar el control que los bancos centrales tienen sobre la política monetaria. ¿La preocupación? Cuando la gente puede cambiar fácilmente la moneda local por stablecoins respaldadas por el dólar, se saltan por completo los canales bancarios tradicionales. Esto ya no es solo teórico; estamos viendo patrones reales de adopción que ponen nerviosos a los reguladores. Los bancos centrales han pasado décadas construyendo sus marcos de control, y ahora están viendo cómo las alternativas descentralizadas minan esa autoridad.