Recientemente ha estallado una noticia: el Banco Central de Japón, que llevaba años imprimiendo dinero sin parar, de repente va a pisar el freno. En diciembre podría subir los tipos de interés, alcanzando el nivel más alto en 28 años. Puede que pienses: ¿esto no es solo cosa de Japón? Error. Este asunto tiene mucho que ver con quienes jugamos en el mundo cripto.

¿Por qué lo digo? Japón ha sido durante años la "caja de dinero" más barata del mundo, con una política de tipos de interés cero que ha durado casi treinta años, permitiendo que el dinero caliente pudiera pedir yenes prestados y especular por todo el mundo. Ahora, de repente, van a subir los tipos, lo que significa que el coste de esos fondos que tomaban prestado en yenes va a dispararse. Imagina: Estados Unidos ya estaba drenando liquidez, y ahora Japón también empieza a cerrar el grifo. Aunque no se secará el agua de golpe, la tendencia es clara: la liquidez global se está reduciendo.

Bitcoin, como principal beneficiario de la abundancia de liquidez, es extremadamente sensible a estos cambios. En los últimos dos años, todos nos hemos acostumbrado al guion de "si baja, aguanta, que siempre vuelve a subir", pero en los próximos seis a doce meses, las reglas del juego pueden cambiar. El tono dominante del entorno macro será la reducción de liquidez y la volatilidad, con subidas y bajadas bruscas cada vez más frecuentes. ¿Aguantar solo con fe? Puede que sea muy duro.

¿Entonces, qué debe hacer el pequeño inversor?

Primero, no asumas que el mercado alcista impulsado por la liquidez será el guion permanente. El mercado no siempre te dará oportunidades de comprar barato; cuando la volatilidad aumenta, sobrevivir es más importante que ganar dinero rápido.

Segundo, gestiona bien tu posición y tu flujo de caja. Deja una parte de tu cartera como "núcleo inamovible" que no venderás nunca: esa es tu posición de convicción. Mantén el resto flexible, y aprovecha solo en momentos de pánico extremo para comprar más. No te la juegues yendo all-in cada dos por tres: eso es apostar, no invertir.

Los auténticos veteranos no predicen tormentas, sino que, haga sol o llueva, siempre tienen un barco para remar y una red para pescar. Cuando el "agua" global disminuye, ¿qué sectores podrán avanzar contracorriente? Esa es la gran pregunta para reflexionar a partir de ahora.