Recientemente vi un reportaje de un conocido medio financiero que mencionaba un fenómeno bastante interesante en la cadena de suministro.

El reportaje señalaba que el endurecimiento del suministro de minerales de tierras raras ya no es una novedad, pero ahora ese nivel de control en la cadena de suministro se ha extendido a más ámbitos: baterías de iones de litio, chips de procesos maduros y materias primas farmacéuticas, que se han convertido en nuevos focos de atención.

Para nuestro sector Web3, esto no es algo ajeno. Los equipos de minería necesitan chips; las carteras hardware y la refrigeración de los mineros dependen de la tecnología de baterías, por no hablar de la dependencia de los chips de computación para IA respecto a los procesos maduros.

Alguien lo comentó de forma bastante directa: la batalla en la cadena de suministro siempre es bidireccional; si bloqueas a otros, naturalmente ellos tendrán medidas de represalia. Con esta ronda de guerra arancelaria, puede que al final no solo salga perjudicada una parte, sino que toda la cadena industrial global se vea sacudida.

El sector cripto ya es de por sí uno de los más globalizados; si la cadena de suministro de hardware sufre algún problema, el impacto no será pequeño.