Intenta imaginar esta escena: el oro que ha estado guardado en bóvedas durante miles de años, ahora puede transferirse a cualquier rincón del mundo en cuestión de segundos, igual que enviar un mensaje. ¿Suena increíble? Pero en 2025, esto ya no será solo un concepto, sino una realidad que avanza a toda velocidad.

El capital fluye, el volumen de operaciones explota, las instituciones compiten por tomar posiciones: el oro en cadena podría ser la tendencia más agresiva este año en la pista de los RWA.

¿Por qué sucede esto? En pocas palabras, el mundo se está volviendo muy inseguro. La inflación sigue aumentando, las tensiones geopolíticas crecen, el sentimiento del mercado es frágil, y todos quieren aferrarse a algo "estable". ¿Oro tradicional? Demasiado lento. ¿ETF? Demasiadas restricciones. Así que ha surgido una nueva especie: “lingotes digitales” acuñados en bóvedas físicas y registrados en la blockchain.

Lo más sorprendente es que su uso ha cambiado radicalmente.
Puedes transferirlo al instante, usarlo como garantía para préstamos, o incluso depositarlo en pools DeFi para obtener rendimientos. Por primera vez, un activo refugio tiene “potencial de crecimiento”, algo imposible en las finanzas tradicionales.

Actualmente, hay varios actores principales en el mercado, cada uno con sus propias características:

**$PAXG**: el más limpio, transparente y favorito de las instituciones.
Cada token corresponde a un lingote físico en una bóveda de Londres, los datos son verificables y tiene la mejor liquidez. Si solo quieres “guardar oro con tranquilidad”, PAXG es básicamente la primera opción.

**XAUT**: discreto, sólido y de amplia cobertura.
Emitido por Tether, tiene grandes reservas, algo menos de transparencia, pero una base de usuarios más diversificada; ideal para escenarios que requieren movilidad transfronteriza.

También hay algunos proyectos emergentes que están probando modelos de patrón oro más agresivos, pero la historia aún no ha terminado.