El vicepresidente de EE. UU., JD Vance, acaba de cargar contra la Ley de Servicios Digitales de la Unión Europea, calificándola directamente de censura. ¿Su opinión? Bruselas está aplastando la libertad de expresión en lugar de protegerla, y al parecer, incluso algunos miembros del propio equipo de von der Leyen no son fans de la DSA.

Esto importa mucho más de lo que parece. La DSA no trata solo de polémicas en redes sociales: está sentando precedentes sobre cómo los gobiernos pueden regular las plataformas digitales a nivel global. Y cuando esto se extiende al territorio Web3, podríamos estar ante posibles represalias contra protocolos descentralizados, proyectos cripto, e incluso la forma en que las DAOs se comunican.

La postura de Vance es clara: extralimitación disfrazada de protección al consumidor. Lo creas o no, hay una cosa obvia: batallas regulatorias como esta moldean las reglas a las que los constructores cripto tienen que atenerse. Si la UE aprieta las tuercas, otras regiones podrían seguir el ejemplo. O resistirse aún más.