¿Ahora hay ese tipo de oscuridad, ese gran suelo, ese ambiente ignorado por todos como el que vi en abril cuando compré en el mínimo? En realidad, sí que lo hay. De hecho, creo que ahora el ambiente es incluso más pesado que en aquel entonces. La verdad es que solo hubo dos grandes oportunidades de ganar mucho dinero: una en noviembre del año pasado y otra en mayo de este año. El resto, no fue para tanto. Ahora mantengo el spot con la mentalidad de que será la tercera vez que gane a lo grande. Pero esta vez creo que la probabilidad de éxito no es tan alta como antes, aunque siento que hay muchas posibilidades de que salga bien.

La primera gran subida empezó el 5 de noviembre del año pasado. La segunda oportunidad fue en abril, con una explosión alcista en mayo. Ganar dinero en la segunda ocasión fue mucho más difícil y requirió más aguante que la primera.

Supongamos que los activos en spot que tengo ahora, en poco tiempo, vuelven a darme una tercera victoria. ¿Sería esta vez más difícil y con mayor aguante que la segunda? Según la situación actual y el momento en el que estamos, creo que esta tercera vez es aún más difícil que la segunda.

La primera vez fue en noviembre del año pasado, tras unos meses (de agosto a noviembre) en los que las altcoins no subían nada. Además, había un gran riesgo en el sector: el posible fracaso de Trump, que si no salía presidente, el mercado cripto se caía. Solo tras revelarse el resultado, empezó a subir. Del 27 de octubre al 5 de noviembre, las altcoins cayeron en picado durante siete u ocho días seguidos, machacando a los pequeños inversores. No fue nada fácil ganar en esa ocasión.

La segunda vez, el mercado cayó de diciembre a abril, rompiendo varias veces el soporte de 80.000 en el fondo. Todo el primer semestre estuvo lleno de malas noticias, ni una sola buena, ni una razón para que los pequeños inversores siguieran aguantando. El pesimismo era total, todos los influencers eran criticados. Las cifras de espectadores y suscriptores en los directos cayeron en picado. Todo el sector estaba muerto. El volumen de las criptos principales era de apenas unos cientos de miles al día, y de las altcoins, de apenas unos miles. En ese momento, aposté todo. Aguanté un mes. Fue mi época más oscura. La mente en blanco. Un desastre total en el trabajo, todo mal, me sentía como un zombi. En mayo llegó el milagro. El destino me trató bien y yo también fui suficientemente fuerte. Tras ese éxito, mi mentalidad dio un salto. Esa dificultad no fue menor que la de un prisionero de guerra chino capturado por los japoneses en la guerra, aguantando torturas sin decir una palabra. Aquella época fue un verdadero infierno. Una auténtica prueba de vida o muerte. Si en mayo no hubiera rebotado, en junio ya habría colapsado.

Ahora, esta tercera bajada es mucho más dura que la segunda. El mercado cae sin piedad, toda la estructura se ha roto. Muchos influencers ya son bajistas, solo ven el mercado a la baja y abren cortos sin pensar. Y yo sigo aquí manteniendo largos, aunque esta vez ya no estoy en una situación desesperada. Ahora estoy como apostando a cara o cruz, y apuesto por cara. Esta vez, la dificultad en todos los aspectos es mayor que en la segunda. La única diferencia es que ahora tengo más dinero que en la segunda ocasión. Si dejamos ese factor a un lado, la dificultad de esta tercera vez es varias veces mayor que la segunda. No es buscar lo imposible. En la segunda ocasión ya aposté todo, mi vida y mi futuro, si perdía tendría que empezar de cero, todo mi esfuerzo no habría servido de nada, mi vida sería un desastre, sería el mayor perdedor. Por suerte gané, porque si hubiera perdido, habría acabado muerto.

Esta vez no estoy apostando mi vida ni mi patrimonio. Esta vez puedo permitirme perder. De nuevo estoy en una encrucijada del destino. ¿Podré, tras haber cambiado ya mi destino, volver a superarme de nuevo? Si gano otra vez, ¿cuánto ganaré? ¿Será tan brutal como la segunda vez? Todo eso es incierto. Pero mi intuición me dice con fuerza que volveré a ganar.