Trump confirma que nominará a un nuevo presidente de la Reserva Federal a principios de 2026: Hassett lidera, posible giro en la política monetaria a largo plazo
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha confirmado oficialmente que anunciará a principios de 2026 su nominado para el próximo presidente de la Reserva Federal, estableciendo así un calendario claro para una decisión clave que podría remodelar el rumbo de la política monetaria estadounidense a largo plazo. Kevin Hassett, actual director del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca, es el favorito, mientras que Trump ha criticado reiteradamente la lentitud de Powell en la bajada de tipos, insinuando que el nuevo presidente deberá ser más “agresivo”. Si este cambio se materializa, el nuevo presidente podría contar con un mandato de hasta 14 años, lo que permitiría a Trump dejar una profunda huella ideológica en el sistema de la Fed e influir de forma duradera en los mercados financieros globales.
Calendario definido: desenlace a principios de 2026, la cuenta atrás para el relevo ya está en marcha
Según una información de Bloomberg, el presidente Trump dejó claro durante una reunión de gabinete en la Casa Blanca el calendario para la nominación del próximo presidente de la Reserva Federal. Anunció que el candidato será revelado a principios de 2026. Esta declaración pone fin, al menos temporalmente, a semanas de especulaciones y marca el inicio de la cuenta atrás para el traspaso de uno de los cargos más influyentes sobre los flujos de capital globales. El mandato del actual presidente, Jerome Powell, finaliza en mayo de 2025.
La administración Trump siempre ha sido crítica con el ritmo de la actual política monetaria de la Fed. El propio Trump ha censurado públicamente en varias ocasiones a Powell por actuar con demasiada lentitud en la bajada de tipos e insistió en que el próximo presidente debe adoptar una postura más agresiva. Anteriormente, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, lideró el proceso de selección y llegó a insinuar que la decisión podría tomarse alrededor de las Navidades de este año. Ahora, la última declaración de Trump retrasa ligeramente el calendario, pero a cambio aporta mayor certidumbre. Incluso reveló que ya tiene a la persona elegida en mente y que la lista se ha reducido a uno, pero por ahora no hará público el nombre.
Este calendario claro proporciona a mercados y responsables políticos una expectativa definida. Para los inversores, el cambio en la cúpula de la Fed implica un posible cambio de paradigma en la política monetaria de la próxima década; para las fuerzas políticas de ambos partidos, será una batalla en torno a la independencia del banco central y el control sobre la política monetaria.
Panorama de candidatos: Hassett lidera, ¿quién tomará la bandera de la bajada de tipos?
Con el calendario de nominación ya fijado, la atención se centra en quién será el próximo “capitán del dólar”. Actualmente, Kevin Hassett, director del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca, es considerado el principal favorito. Como uno de los principales asesores económicos de Trump, Hassett comparte plenamente la visión del presidente. Sus recientes declaraciones de estar “dispuesto a servir” han sido interpretadas como su disposición a reemplazar a Powell. Si Hassett es nominado, se espera que ejecute sin reservas el ciclo de bajadas de tipos más rápido y profundo que Trump desea.
Por supuesto, todavía hay otros candidatos con peso. Entre ellos se discuten a Christopher Waller y Michelle Bowman, actuales miembros del Consejo de la Fed, ambos con amplia experiencia institucional. También figuran el exgobernador de la Fed Kevin Warsh y Rick Rieder, ejecutivo de BlackRock. Trump, en tono de broma, ha sugerido incluso a Scott Bessent, el secretario del Tesoro, aunque este último lo ha rechazado en varias ocasiones. Esta elección no es solo una cuestión de capacidades individuales, sino también una pugna entre diferentes filosofías de política monetaria: entre los “palomas” más afines a la agenda política y los “tradicionalistas” guiados por los datos.
Información clave de los candidatos potenciales a presidente de la Fed
Kevin Hassett: Actual director del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca, asesor económico principal de Trump, totalmente alineado con su política, representante del ala “aceleradora” de las bajadas de tipos.
Christopher Waller: Actual miembro del Consejo de la Fed, postura monetaria más hawkish, pero con gran experiencia interna y bagaje académico.
Michelle Bowman: Miembro actual de la Fed, centrada en banca comunitaria e inclusión financiera, posición política relativamente neutral.
Kevin Warsh: Exgobernador de la Fed (2006 - 2011), gestionó la crisis financiera de 2008, actualmente investigador en la Hoover Institution.
Rick Rieder: CIO global de renta fija, dirige la división de renta fija de la mayor gestora de activos del mundo, con una experiencia de mercado extraordinaria.
Impacto a largo plazo: mandato de catorce años, Trump aspira a remodelar el ADN de la Fed
La importancia de esta nominación va mucho más allá de un simple relevo de personal, debido a su potencial impacto duradero. Según la ley estadounidense, si Trump nombra a alguien ajeno al sistema de la Fed, ese candidato, tras la confirmación del Senado, obtendría un mandato completo de 14 años como gobernador. Esto significa que Trump tendría la oportunidad de implantar sus preferencias de política monetaria en el núcleo de decisión de la Fed, con efectos que se extenderán al menos hasta dos mandatos presidenciales posteriores.
Sin duda, esta es una oportunidad histórica para que Trump deje su impronta en la Reserva Federal. En un momento en que la política económica es el centro de las expectativas del mercado, el próximo presidente de la Fed tendrá el control de decisiones críticas sobre tasas de interés, tamaño del balance y estabilidad financiera. Al confirmar el anuncio para principios de 2026, Trump fija una cuenta atrás clara para inversores y observadores, todos expectantes ante la posible llegada de una nueva era en la Fed. No se trata solo de un cambio de liderazgo, sino de una posible reconfiguración sistémica de las prioridades y la función de reacción de la política monetaria.
Contexto: El debate sobre la independencia de la Fed y la presión política
Siempre que la Casa Blanca discute nombramientos en la Fed, resurge el debate sobre la independencia del banco central. Esta independencia se considera la clave para mantener la estabilidad de precios y financiera, permitiendo que sus decisiones estén protegidas de los ciclos políticos a corto plazo. Sin embargo, la historia está llena de ejemplos en los que los presidentes han tratado de influir en la orientación de la política monetaria mediante sus nominaciones. El hecho de que Trump anuncie el calendario con casi dos años de antelación y deje clara su preferencia política, sin duda, anticipa y hace explícita esa presión.
Para los mercados cripto, una Fed más dovish y más receptiva a las demandas de bajada de tipos del Ejecutivo suele interpretarse como positivo. Una mayor liquidez y menores tipos reales tienden a impulsar el precio de los activos de riesgo. Por tanto, el mercado estará muy atento al proceso de nominación; cualquier señal de que el futuro presidente será proclive a políticas más expansivas podría ser interpretada como un viento de cola macroeconómico.
Trump ha activado la cuenta atrás para el relevo en la Fed, y una jugada de largo plazo con repercusiones globales ya está en marcha. Sea cual sea el desenlace, la nominación de principios de 2026 no solo determinará a una persona o un cargo, sino el tono monetario del dólar para la próxima década. ¿Cómo navegará el nuevo presidente el equilibrio entre inflación y crecimiento? ¿Cómo responderá a las expectativas políticas de la Casa Blanca? Todo ello empezará a aclararse a partir de ese nombre a comienzos del próximo año. Para los participantes del mercado cripto, entender esta partida de ajedrez en la cima de la política monetaria es mucho más relevante que seguir las fluctuaciones de corto plazo.
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Trump confirma que nominará a un nuevo presidente de la Reserva Federal a principios de 2026: Hassett lidera, posible giro en la política monetaria a largo plazo
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha confirmado oficialmente que anunciará a principios de 2026 su nominado para el próximo presidente de la Reserva Federal, estableciendo así un calendario claro para una decisión clave que podría remodelar el rumbo de la política monetaria estadounidense a largo plazo. Kevin Hassett, actual director del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca, es el favorito, mientras que Trump ha criticado reiteradamente la lentitud de Powell en la bajada de tipos, insinuando que el nuevo presidente deberá ser más “agresivo”. Si este cambio se materializa, el nuevo presidente podría contar con un mandato de hasta 14 años, lo que permitiría a Trump dejar una profunda huella ideológica en el sistema de la Fed e influir de forma duradera en los mercados financieros globales.
Calendario definido: desenlace a principios de 2026, la cuenta atrás para el relevo ya está en marcha
Según una información de Bloomberg, el presidente Trump dejó claro durante una reunión de gabinete en la Casa Blanca el calendario para la nominación del próximo presidente de la Reserva Federal. Anunció que el candidato será revelado a principios de 2026. Esta declaración pone fin, al menos temporalmente, a semanas de especulaciones y marca el inicio de la cuenta atrás para el traspaso de uno de los cargos más influyentes sobre los flujos de capital globales. El mandato del actual presidente, Jerome Powell, finaliza en mayo de 2025.
La administración Trump siempre ha sido crítica con el ritmo de la actual política monetaria de la Fed. El propio Trump ha censurado públicamente en varias ocasiones a Powell por actuar con demasiada lentitud en la bajada de tipos e insistió en que el próximo presidente debe adoptar una postura más agresiva. Anteriormente, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, lideró el proceso de selección y llegó a insinuar que la decisión podría tomarse alrededor de las Navidades de este año. Ahora, la última declaración de Trump retrasa ligeramente el calendario, pero a cambio aporta mayor certidumbre. Incluso reveló que ya tiene a la persona elegida en mente y que la lista se ha reducido a uno, pero por ahora no hará público el nombre.
Este calendario claro proporciona a mercados y responsables políticos una expectativa definida. Para los inversores, el cambio en la cúpula de la Fed implica un posible cambio de paradigma en la política monetaria de la próxima década; para las fuerzas políticas de ambos partidos, será una batalla en torno a la independencia del banco central y el control sobre la política monetaria.
Panorama de candidatos: Hassett lidera, ¿quién tomará la bandera de la bajada de tipos?
Con el calendario de nominación ya fijado, la atención se centra en quién será el próximo “capitán del dólar”. Actualmente, Kevin Hassett, director del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca, es considerado el principal favorito. Como uno de los principales asesores económicos de Trump, Hassett comparte plenamente la visión del presidente. Sus recientes declaraciones de estar “dispuesto a servir” han sido interpretadas como su disposición a reemplazar a Powell. Si Hassett es nominado, se espera que ejecute sin reservas el ciclo de bajadas de tipos más rápido y profundo que Trump desea.
Por supuesto, todavía hay otros candidatos con peso. Entre ellos se discuten a Christopher Waller y Michelle Bowman, actuales miembros del Consejo de la Fed, ambos con amplia experiencia institucional. También figuran el exgobernador de la Fed Kevin Warsh y Rick Rieder, ejecutivo de BlackRock. Trump, en tono de broma, ha sugerido incluso a Scott Bessent, el secretario del Tesoro, aunque este último lo ha rechazado en varias ocasiones. Esta elección no es solo una cuestión de capacidades individuales, sino también una pugna entre diferentes filosofías de política monetaria: entre los “palomas” más afines a la agenda política y los “tradicionalistas” guiados por los datos.
Información clave de los candidatos potenciales a presidente de la Fed
Kevin Hassett: Actual director del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca, asesor económico principal de Trump, totalmente alineado con su política, representante del ala “aceleradora” de las bajadas de tipos.
Christopher Waller: Actual miembro del Consejo de la Fed, postura monetaria más hawkish, pero con gran experiencia interna y bagaje académico.
Michelle Bowman: Miembro actual de la Fed, centrada en banca comunitaria e inclusión financiera, posición política relativamente neutral.
Kevin Warsh: Exgobernador de la Fed (2006 - 2011), gestionó la crisis financiera de 2008, actualmente investigador en la Hoover Institution.
Rick Rieder: CIO global de renta fija, dirige la división de renta fija de la mayor gestora de activos del mundo, con una experiencia de mercado extraordinaria.
Impacto a largo plazo: mandato de catorce años, Trump aspira a remodelar el ADN de la Fed
La importancia de esta nominación va mucho más allá de un simple relevo de personal, debido a su potencial impacto duradero. Según la ley estadounidense, si Trump nombra a alguien ajeno al sistema de la Fed, ese candidato, tras la confirmación del Senado, obtendría un mandato completo de 14 años como gobernador. Esto significa que Trump tendría la oportunidad de implantar sus preferencias de política monetaria en el núcleo de decisión de la Fed, con efectos que se extenderán al menos hasta dos mandatos presidenciales posteriores.
Sin duda, esta es una oportunidad histórica para que Trump deje su impronta en la Reserva Federal. En un momento en que la política económica es el centro de las expectativas del mercado, el próximo presidente de la Fed tendrá el control de decisiones críticas sobre tasas de interés, tamaño del balance y estabilidad financiera. Al confirmar el anuncio para principios de 2026, Trump fija una cuenta atrás clara para inversores y observadores, todos expectantes ante la posible llegada de una nueva era en la Fed. No se trata solo de un cambio de liderazgo, sino de una posible reconfiguración sistémica de las prioridades y la función de reacción de la política monetaria.
Contexto: El debate sobre la independencia de la Fed y la presión política
Siempre que la Casa Blanca discute nombramientos en la Fed, resurge el debate sobre la independencia del banco central. Esta independencia se considera la clave para mantener la estabilidad de precios y financiera, permitiendo que sus decisiones estén protegidas de los ciclos políticos a corto plazo. Sin embargo, la historia está llena de ejemplos en los que los presidentes han tratado de influir en la orientación de la política monetaria mediante sus nominaciones. El hecho de que Trump anuncie el calendario con casi dos años de antelación y deje clara su preferencia política, sin duda, anticipa y hace explícita esa presión.
Para los mercados cripto, una Fed más dovish y más receptiva a las demandas de bajada de tipos del Ejecutivo suele interpretarse como positivo. Una mayor liquidez y menores tipos reales tienden a impulsar el precio de los activos de riesgo. Por tanto, el mercado estará muy atento al proceso de nominación; cualquier señal de que el futuro presidente será proclive a políticas más expansivas podría ser interpretada como un viento de cola macroeconómico.
Trump ha activado la cuenta atrás para el relevo en la Fed, y una jugada de largo plazo con repercusiones globales ya está en marcha. Sea cual sea el desenlace, la nominación de principios de 2026 no solo determinará a una persona o un cargo, sino el tono monetario del dólar para la próxima década. ¿Cómo navegará el nuevo presidente el equilibrio entre inflación y crecimiento? ¿Cómo responderá a las expectativas políticas de la Casa Blanca? Todo ello empezará a aclararse a partir de ese nombre a comienzos del próximo año. Para los participantes del mercado cripto, entender esta partida de ajedrez en la cima de la política monetaria es mucho más relevante que seguir las fluctuaciones de corto plazo.